Hace un tiempo atrás, ya serán 2 años de aquel episodio, me di cuenta que el mundo esta lleno de sorpresas y de personas con capacidades impresionantes.
Me había mudado hace un par de meses a un departamento muy cerca de plaza Italia, estaba viviendo con una muy buena amiga y todo parecía bastante normal.
Jamás noté nada extraño en aquel lugar, de hecho, era muy iluminado y dado que estaba en un piso 18 tenía una vista fabulosa.
Pasaron varios días y me fui percatando que en algunas partes del lugar había un cambio gigante de energías. Por ejemplo, en la cocina y la sala de estar todo parecía en perfecta armonía, no así cuando caminaba cerca del baño, el cual estaba notoriamente cargado de mala vibra.
Hubo un día, en que compartíamos una taza de café en el balcón junto a Tamara, mi compañera de hogar y hablamos de miles de cosas, hasta que ella me dijo algo que me dejó pensando mucho. Me comentó que desde muy niña, siempre había tenido la capacidad especial para ver el aura de las personas y también a los espíritus de personas hace tiempo ya muertas, que deambulaban por diversos motivos entre nosotros.
Y no se detuvo ahí, me confesó que en ese mismo sitio en el cual convivíamos a diario, había más de uno viviendo con nosotros, compartiendo nuestro espacio, en silencio.
Yo sonreí ensimismado, me costaba un poco realmente creer lo que estaba escuchando.
Me contó que habían tres personas más en el departamento, un anciano, un niño y una mujer, los cuales recorrían el lugar sin interferir directamente en nuestras vidas, aunque claro, era extraño para mi, por decir lo menos.
Tamara, ya estaba acostumbrada a lidiar en paz con ellos, pero no había querido contarme para que no me asustara o empezara a sentirme inquieto., Sin embargo, le pareció un buen momento para develarme ese secreto, ya que según ella, tendrían mucho que ver en mi vida en el futuro.
La vida continuó, pasaron los días y seguí en lo mío, sin olvidar lo que me había revelado Tamara, pero tampoco me preocupaba en exceso.
Un tiempo después conocí a una mujer, la invité a pasar conmigo unos días en mi refugio. Pasamos varios días compartiendo, todo genial, sin embargo, para mi sorpresa, una de las cosas que me dijo antes de marcharse, fue la gran energía que a mi alrededor circulaba, tanto positiva como negativa, pero muy intensa.
También me dijo, que aquel niñito un poco gordito con la gran sonrisa, que por lo general estaba en la cocina, era el responsable de mi buena vibra incondicional, aunque claro, el anciano que miraba por el balcón no proyectaba nada muy auspicioso, por lo que tratara de mantenerme alejado de él ya que no me hacia nada de bien.
Me envolvieron sentimientos de diverso tipo, entre ellos risa, preocupación, intriga, ansiedad.
¿Por que todos podían ver aquellos seres que me rondaban día y noche, y yo no era capaz de ir mas allá?
La interrogante me dio vueltas por un buen tiempo...
En el verano volví a Concepción a ver a mi familia, y entre ellos volví a ver a esta mujer que tan asombrado me había dejado hace un tiempo atrás en la capital.
Un día normal, la noté un poco contrariada, esos momentos en que observas que hay algo que no te quieren decir...Le pedí no me mintiera, no hubo respuesta. Insistí... y fijamente miró mis ojos, me pidió calma.
- Serenamente me dijo, recuerdas de las personas que te hable en tu Dpto. en Santiago?
- Asentí.
- Bueno, creo que ellas son parte de tu vida y tendrás que acostumbrarte, pues ellas también están acá, a tu lado.
No supe si reír o lamentarme, no sabía que respuestas tenía esta situación. Me conformé pensando que por algo todo era de esa forma.
Desde ese día, intento conocerme siempre un poco más,y he comprendido que la vida es un misterio y no tenemos ni idea de lo que realmente está pasando.
Aprendí a lidiar con ellos (mis acompañantes) y a veces incluso hasta les hablo, no obtengo respuesta, pero sé que ahí están.
A veces les pido que se vayan, por un rato, pues uno también necesita privacidad. En fin, sólo sé ... que no voy solo.
Escrito por Felipe Alarcón
Me parece muy interesante leer cuentos de este tipo y que más que literatura son experiencias, aspectos vividos por el autor, así lo creo. Más queda abierta la respuesta
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